viernes, 20 de enero de 2012

Sendas del destino




El profesor Martín, observaba con detenimiento a un auditorio completamente lleno, le sorprendía que los estudiantes hubiesen acudido tan masivamente a una conferencia titulada "Como influye el azar en nuestras vidas", sentado ante doscientos alumnos universitarios no pudo por menos que tragar saliva, siempre le costó hablar en público.

- Buenas tardes, para ilustrar esta conferencia me gustaría contarles una breve historia, una historia real acaecida hace más de veinte años, todo transcurrió en Madrid, unos meses antes de finalizar el año 1974..

"Pepu, que así se llamaba el joven de nuestra historia saboreaba un café humeante, la cafetería estaba casi vacía solo le acompañaban en el bar una pareja, muy cerca el uno del otro, hablaban en voz muy baja, ensimismado en sus apuntes de Metafísica intentaba repasar de cara al examen de las cinco de la tarde, Pepu cursaba su último año de carrera, buen estudiante, de aspecto algo desaliñado y con una filosofía de vida algo peculiar, siempre decía que todos deberíamos de hacer cosas inesperadas , imprevistas, porque de ese modo el destino cambiaba con cada acto imprevisto, así, si lo normal era coger el autobús para ir a casa, Pepu iba andando y siempre utilizando calles diferentes, si veía a una persona que le agradaba se apartaba de su camino y durante un rato la seguía , la observaba hasta encontrar otro caminante que le llamase más la atención, así día tras día desde que empezó la carrera de Psicología, a veces justo antes de entrar a alguna clase decidía perderse por los caminos del parque del Retiro, Pepu pensaba que el destino no estaba escrito y que podía cambiarse día a día con pequeños actos.

Levantó la vista y observó que la pareja se había marchado, había perdido la noción del tiempo, continuo un buen rato absorto en sus apuntes y decidió marcharse a casa, al levantarse  le llamó la atención que en la mesa donde estaba la pareja y dentro del cenicero había un folio con una caricatura, le gustó, era una serpiente marina saliendo de una caracola, tomó el folio , miró la imagen detenidamente con una sonrisa en sus labios y se dispuso a pagar en la barra de la cafetería, mientras pagaba y casi sin darse cuenta de lo que hacía dio la vuelta al folio observando que había un plano de la zona de Puerta del Sol y alrededores, estaba marcada una ruta desde la misma cafetería finalizando en una de las calles que desembocaban en la misma plaza.

- Adiós, hasta el Lunes dijo despidiéndose de Hugo, el camarero.

Al salir a la calle una ráfaga de viento le hizo subirse el cuello de la cazadora de pana, el otoño había llegado con fuerza, miro a ambos lados de la calle intentando decidir por donde volvería a casa, aún llevaba el folio en la mano, mirándolo, tomó la determinación que aunque ese no era el camino más corto para llegar a su casa, seguiría el itinerario marcado en el plano que acababa de encontrar, de nuevo la espontaneidad de los cambios  de Pepu..

Lentamente como si el tiempo no le importase , tomó diversas callejuelas señalizadas en el plano mirando con detenimiento a viandantes y edificios, los escaparates le importaban poco solo se detuvo unos instantes en una pequeña librería que llamó su atención por la antigüedad de sus libros, llegó a la calle de Alcalá ruidosa con columnas de viandantes que como ejercito de hormigas invadían aceras y tiendas; cuando llegó a Puerta del Sol , Pepu se detuvo un instante disfrutaba con el bullicio de los sábados  que se agolpaba en la plaza. Miró un kiosco de prensa e instintivamente ojeó el ABC, en su portada podía leerse, "Haile Selassie, regente de Etiopía desde 1916 y Emperador desde 1930 ha perdido su trono" , sintió pena por ese pequeño hombre, miro de nuevo el plano y observó que la calle marcada como final del recorrido era la calle del Correo.

A mitad de la calle acababa el recorrido indicado sobre el plano, en una cafetería , Pepu dada la hora se dijo, bueno después de este buen paseo un aperitivo no vendrá nada mal, al intentar entrar , el joven de soslayo pudo reconocer a la chica que un rato antes había dejado el plano en el cenicero de bar, salía precipitadamente, con prisas, Pepu detuvo sus pasos y de nuevo sintió la necesidad de seguirla, al menos con la mirada, tenía un hermoso tipo y los pantalones ceñidos hacían que mostrara sus encantos a los ojos del muchacho, ojos que no podían apartar la mirada del hermoso trasero de la chica.

Con esa sensación placentera a las puertas de la cafetería, sintió de golpe que alguien le empujaba violentamente, tan violentamente que cayó al suelo estrepitosamente, la caída fue acompañada de un sonido ensordecedor que prácticamente le dejó sordo, no oía nada, y una enorme polvareda inundó la calle, el joven no alcanzaba a entender lo que ocurría , sintió como algo le aguijoneaba en espalda y piernas, aunque luchaba sus sentidos se apagaban.

El diario ABC del 14 de septiembre de 1974 recogía en su portada el titular" SANGRE DE VICTIMAS INOCENTES. El pueblo madrileño ha reaccionado consternadamente y con indignación ante el salvaje, brutal, incalificable atentado terrorista que ha causado muchas víctimas inocentes en un restaurante situado junto a la Dirección General de Seguridad, en pleno corazón de la capital de España"

El profesor Martín había logrado captar la atención del auditorio con la historia narrada, continuo un buen rato disertando sobre la influencia del azar en la vida y en la muerte, finalizando su conferencia con estas palabras.

- La mala suerte de unos es la buena suerte de otros y el destino se está escribiendo.

Dando por finalizada su conferencia un conserje se acercó a la mesa del conferenciante , le saludó y empujo la silla de ruedas hacia la salida.