lunes, 21 de octubre de 2013

Palabras




Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión. Sonia le observó, sabía que sus palabras no tenían vuelta atrás cuando espetó a Julián, “Ya está bien, quiero el divorcio”. Le miró a la cara. Sobraban las palabras, los ojos de Julián brillaban. Una extraña placidez se intensificaba con  el silencio. No podía creerlo, callaba, ni el más mínimo intento de razonar  como otras veces, discutían y discutían, pero alguno, en el último momento daba marcha atrás. Esperaba algo más. Miro de soslayo y por un momento le pareció que Julián sonreía.